· Boda de Vicky y Juan




Vicky y Juan son una pareja que desde el principio tenía muy claro que su boda tenía que ser moderna y vanguardista, en un espacio minimal y nada clásico. Ellos son así y no podían tener una boda diferente, así que todos los elementos debían seguir esta tónica. Por eso organizamos su boda en uno de los lugares más modernos y exquisitos de Madrid,  que aparte de contar con una cocina maravillosa, su finca ajardinada e instalaciones de líneas puras en cristal lo convierten en el lugar perfecto.
Las fotografías corrieron a cargo de la genial fotógrafa Sara Lobla, de My Janajan Photography, recogiendo los instantes más preciosos del día.


El novio, con un traje a medida de la sastrería Suitz, estaba impecable y rompía la formalidad con un forro lleno de banderitas de la Union Jack. 


Vicky, con un Manuel Mota para Pronovias de seda natural que marcaba su preciosa figura y un tocado birdcage que adornaba su pelo, un look muy años 40.
El equipo de Lorena Morlote se ocupó del peinado y el maquillaje, el resultado: una novia brillante. Un sencillo abanico de nácar fue el sustituto ideal del ramo de flores de la novia, ya que ella no quería llevar flores, sino un complemento más moderno que fuera con su personalidad.


Entre los árboles y la gran fuente central tuvo lugar la ceremonia, una emotiva declaración de amor y amistad entre todos los presentes, que acabó viéndose reflejada en el libro de firmas en el que todos los invitados participaron. 



Para Vicky, el momento que más temía y que resultó el más emocionante, fue su llegada a la ceremonia, donde pudo ver la reacción de Juan al verla, que esperaba ansioso para darse el "sí, quiero". Según sus propias palabras: "para mí merece la pena casarse sólo por vivir ese instante que yo no puedo comparar con ningún otro".


La decoración minimalista la creamos a base de colores azulones y amarillos con modernos jarrones llenos de orquídeas wanda y limones. El panel de invitados fue una continuación de la propia decoración de la boda, un original bodegón de flores y frutas donde la disposición de mesas estaba en diferentes alturas y a modo de recordatorios de notas los cartelitos.
Como era verano, pusimos a disposición de los invitados pai-pais que les ayudaron a sofocar el calor de junio y les regalamos mini burbujeros para lanzarles pompas a los novios a su salida como recién casados. Causaron furor entre algún niño de la boda y los no tan niños…

 
Durante el cocktail, un saxo en directo hizo las delicias de los allí presentes con su swing y las versiones de las canciones favoritas de los novios.

  
Tras el cátering, llegó el momento de ocupar asiento para disfrutar al aire libre de la riquísima cena. Como veis, Vicky cambió su tocado por otro más sencillo y desenfadado para el resto de la noche.


Ya en la fiesta, los novios abrieron el baile acompañados de cientos de bengalas que repartimos para crear un cielo estrellado interior.

Los mini cupcakes son obra de la genial repostera Paula, de Cream Bakery, que pusimos como recena junto con chuches de colores azules y amarillos para seguir con la tónica de la boda. ¡Una delicia a la que nadie pudo resistirse!


Y por supuesto un imprescindible photocall hizo las maravillas de todos los invitados, que se lo pasaron en grande.


Wednesday

2 comentarios:

  1. Me ha encantado el post! Una boda distinta a las que estamos acostumbradas a ver! la novia guapisima! Un gran trabajo!

    besos

    http://www.imaginamiriamg.blogspot.com.es/

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  2. Gracias Mira G!
    Es que cuando decimos que es diferente... Es verdad!
    Y Vicky estaba radiante, tienes razón.
    Besos

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